Ushuaia, la ciudad más austral, es un imán para los amantes del viento y la cartografía. Entre cordillera, bosque y mar, en 48 horas puedes saborear su carácter de fin del mundo: navegar por el Canal Beagle, caminar en el Parque Nacional Tierra del Fuego, subir a miradores con la bahía a tus pies y cerrar con una buena taza de chocolate caliente. Esta guía ultrapractica te ayuda a decidir qué hacer y cómo moverte sin perder tiempo.
Día 1: Canal Beagle y miradores de la bahía
Empieza temprano en el puerto turístico de Ushuaia. Las navegaciones cortas recorren islas con colonias de cormoranes y lobos marinos, pasando por el icónico faro Les Éclaireurs (no confundir con el “faro del fin del mundo” de San Juan de Salvamento). Si el clima lo permite, el agua estará tersa y el contraste de los picos nevados con la estela del barco te regalará fotos memorables. Lleva cortaviento, gorro y protector solar: el reflejo del mar también quema.
A mediodía, regresa a la ciudad y sube al Mirador del Glaciar Martial. Puedes tomar la aerosilla (si está operativa) y caminar un tramo corto para vistas más amplias. Si tienes energía, continúa por el sendero del glaciar hasta donde el clima te deje. En la bajada, un chocolate con torta es casi obligatorio.
Día 2: Parque Nacional Tierra del Fuego
Reserva esta jornada para el parque, a 12 km del centro. Puedes ir en bus turístico, taxi o excursión. Un clásico es el “Tren del Fin del Mundo”, que recorre parte del antiguo trayecto carcelario; combina bien con una caminata corta como la Senda de la Costa, que va paralela al Canal Beagle entre bosques y caletas. Otra opción es la Laguna Negra, de turberas profundas y silencio hipnótico.
En Bahía Lapataia está el famoso cartel “Aquí finaliza la Ruta Nacional 3”. Es una visita breve pero simbólica. Recuerda que la fauna (zorros, cauquenes) no debe ser alimentada; disfruta observando desde distancia segura.
Clima y equipo para 2 días
- Capas: térmica, polar y cortaviento impermeable. El clima cambia rápido.
- Pies secos: calzado impermeable o cubrebotas si hay nieve o barro.
- Accesorios: gorro, guantes, buff y gafas UV.
- Extras: bolsa para residuos, botella reutilizable, snacks energéticos.
Cómo moverte
Ushuaia es compacta, pero con pendientes. Para optimizar tiempos, combina caminatas en el centro con taxis a puntos de inicio de senderos. Para el Parque Nacional, los buses turísticos ofrecen horarios de ida y vuelta; verifica el último servicio para no quedar fuera del cierre. Al aeropuerto vas en 10–15 minutos; calcula margen si nieva o si hay viento fuerte.
Gastronomía: mar y montaña
La centolla (king crab) es la estrella de la mesa fueguina, ya sea al natural o gratinada. Pide recomendaciones locales para escapar de las trampas turísticas. El cordero patagónico y las cervezas artesanales completan la escena. En temporada alta, reserva cenas temprano.
Museos y cultura en cápsulas
- Museo Marítimo y del Presidio: historia de la cárcel y el poblamiento fueguino. Una visita que contextualiza la dureza del territorio.
- Museo del Fin del Mundo: etnografía y naturaleza regional en pequeño formato.
- Galería Temática Historia Fueguina: recorrido visual para quienes viajan con peques.
Ideas para extender
¿Tienes medio día extra? Considera lagunas Esmeralda o Turquesa: senderos de 2–4 horas con paisaje de cuento. En invierno, el centro invernal Cerro Castor ofrece esquí y actividades de nieve. Y si sueñas con Antártida, explora la posibilidad de cruceros de última hora, con ojo en presupuesto y flexibilidad de fechas.
Consejos finales
- Reserva navegaciones y buses al parque con antelación en verano.
- Ten siempre un plan B interior (museos, cafés) por si el viento obliga a ajustar.
- Cuida el entorno: no dejes huella y apoya prestadores locales.
Ushuaia condensa en poco espacio la emoción de la línea del mapa que termina. En dos días puedes tocar el mar austral, caminar bosques fríos y despedirte con el corazón caliente. El fin del mundo es, en realidad, el principio de muchas ganas de volver.
